Ezquerra Alonso, Federico. El Águila del Galibier. Gordejuela (Vizcaya), 10.III.1909 – Güeñes (Vizcaya), 30.I.1986. Ciclista.
Hijo de Nicanor y de Felicidad y hermano de Arturo, también ciclista, jugaba en su infancia al fútbol en el Estrella de interior derecha, pero una lesión de tobillo hizo que su padre le prohibiese seguir jugando.
Entonces, se fijó en el ciclismo, aunque la primera vez que Federico Ezquerra montó en una bicicleta, se cayó al río con el traje que acababa de estrenar.
Ganó su primera carrera con quince años y a los diecisiete se proclamó campeón de Vizcaya. Su primera victoria importante con los profesionales fue la Vuelta a Levante de 1931, que ganó después de imponerse en tres de las ocho etapas de que constaba, aventajando en seis minutos a Valeriano Riera, y en once al gran Mariano Cañardo. Tenía veintidós años e iba para figura, como demostró al ganar siete carreras al año siguiente, contándose entre ellas el prestigioso Gran Premio Vizcaya. No obstante, aún el ciclismo no le daba sustento, por lo que continuó trabajando en la fábrica de hilaturas de Sodupe. Sin embargo, al año siguiente, Ezquerra siguió acumulando un buen número de victorias como la primera Subida a Santo Domingo y el Campeonato de España de medio fondo, disputado en la modalidad contrarreloj, y también el Gran Premio de Vizcaya, que volvió a repetir en 1935.
En 1934 ganó la Vuelta a Galicia y el Gran Premio de Torrelavega, debutando ese año en el Tour de Francia, impresionando a todo el pelotón por su facilidad en la escalada, no en vano pasó en cabeza por el Ballón d’Alsace y coronó primero el Galibier, en un tiempo récord de una hora y cincuenta y ocho minutos y medio. Tamaña demostración de fortaleza le valió un sobrenombre de El Águila del Galibier, en ajustada expresión del organizador de la carrera Henri Desgrange. Por desgracia para él, no pudo ganar aquella etapa, que le arrebató el francés Vietto, terminando la jornada en cuarta posición. Pero su mala suerte tampoco iba a quedar ahí, pues más adelante se clavó una espina de pescado en el carrillo, sufriendo una infección que le dejó sin fuerzas para luchar por el reinado de la montaña, clasificación a la que podría haber optado con garantías de éxito, si bien pudo concluir aquel Tour en decimonovena posición de la general.
Revestido de su nuevo estatus de campeón, Federico Ezquerra volvió al Tour de Francia al año siguiente, pero no pudo terminarlo. Reincidió en 1936 y ganó la etapa Niza-Cannes un 18 de julio, el mismo día en que en España comenzaba la Guerra Civil. Corrió también el Tour de 1937 y otra vez tuvo mala suerte, ya que una caída le obligó a abandonar. Luego, entre 1938 y 1940, vino una buena época para él, un tiempo en el que consiguió veintiún victorias en España, aunque sin refrendo a nivel internacional al estar Europa inmersa en plena Guerra Mundial.
Ganó el Gran Premio de Villafranca en 1938 y 1940.
También ganó, en 1940 el Gran Premio Pascuas de Pamplona y los Circuitos del Norte y de Valencia; en 1941, una etapa en la Vuelta a España, y la Vuelta a Cataluña y otra vez los Circuitos del Norte en 1942.
Más adelante, un 13 de julio de 1944, en un accidente en la etapa Reinosa-Torrelavega, de la Vuelta a Cantabria, se rompió el maxilar y dos costillas. Hospitalizado durante un año, decidió abandonar el ciclismo, dedicándose por completo a la tienda de bicicletas que poseía en la bilbaína Alameda de Recalde.
Fue luego, por amistad, consejero técnico de Jesús Loroño, aunque nunca quiso dirigir equipo alguno.
Federico Ezquerra, El Águila del Galibier, falleció un jueves 30 de enero de 1986, siendo el mejor escalador de los tiempos del ciclismo heroico, habiendo sumado en sus dieciocho años de carrera deportiva un total de ochenta y siete victorias.
Obras de ~: “El Águila del Galibier. El esfuerzo supremo de mi vida. Confesiones de Federico Ezquerra”, Avante (Bilbao) n.º 1 (30 de marzo de 1944), págs. 12-13.
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José Antonio Díaz Sáez
